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FARENHEIT 451 VUELVE A LA ACTUALIDAD



En la popular página REDDIT han vuelto a poner de moda un fragmento de esta obra de Ray Bradbury porque desgraciadamente describe perfectamente lo que ocurre en la actualidad en relación con la falta de lectura de libros, los enganches televisivos, la manipulación de la información y el rechazo y la ridiculización de las humanidades.
Aquí, el fragmento:


Ahora, consideremos las minorías en nuestra civilización. Cuanto mayor es la población, más minorías hay. No hay que meterse con los aficionados a los perros, a los gatos, con los médicos, abogados, comerciantes, cocineros, mormones, bautistas, unitarios, chinos de segunda generación, suecos, italianos, alemanes, tejanos, irlandeses, gente de Oregón o de México. En este libro, en esta obra, en este serial de televisión la gente no quiere representar a ningún pintor, cartógrafo o mecánico que exista en la realidad. Cuanto mayor es el mercado, Montag, menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean máquinas de escribir. Eso hicieron. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales.
Sí, pero, ¿qué me dice de los bomberos?

Ah. Beatty se inclinó hacia delante entre la débil neblina producida por su pipa.— ¿Qué es más fácil de explicar y más lógico? Como las universidades producían más corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, en vez de profesores, críticos, sabios, y creadores, la palabra «intelectual», claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme lo desconocido. Sin duda, te acordarás del muchacho de tu clase que era excepcionalmente «inteligente», que recitaba la mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los 62 demás permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho inteligente al que escogían para pegar y atormentar después de las horas de clase? Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma, domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo.
[…] Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado.¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubes y las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Si tal vez sería mejor que evolucionasen todos desde la prehistoria a su propio ritmo no el de los avanzados intelectuales total para meterse en un mundo que no entienden.

Al fin y al cabo lo que la naturaleza creó es al hombre y su hábitat: unos ríos y playas para bañarse, unas ropas para tapar las vergüenzas, 4comidas, muebles, unas casas, plantas y animales, a nuestro servicio, unas estaciones, 4novelas, el resto es creación del hombre. Un superhombre y la creación natural al carajo, la gente se ha retirado a las ciudades y lo que ven en esto es un mundo de comodidad que aceptan con soberbia y más que orgullo, ceñudos.

Y pobre del político que los quite de ahí.

Si acabara peor que saddam hussein.

Todo por la cara. Unos sinverguenzas...

El hombre ha de vivir la vida como es con todos sus desafíos y tensiones. Desde luego el mundo de los chinos que te lo regalen todo parece ser que es maleducacion total para el hombre adulto...

No se debe de consentir tanto...

Un rey una reina son los que deberían de barajar esto... al menos en una persona joven...
Anónimo ha dicho que…
Es como si metemos a una cualquiera en el complejo disneyland de paris, ojo, no se creerá que es una princesa y le entrará el complejo que querer “mandar” como una princesa?? El ejemplo de una cualquiera que pongo se refiere a una mujer corriente, una ama de casa una mujer que no ha visto mundo, que se creerá aquí, que sentirá?? No se habla pero hay mucha gente que son don nadies y donde y como está viviendo esta gente???:

https://www.google.es/search?biw=768&bih=922&tbm=isch&sa=1&ei=cFtNWoLFBMS0UfyDoZAJ&sjs=1&q=disneyland+paris+edificios&oq=disneyland+paris+edificios&gs_l=mobile-gws-img.12...38790.41554.0.42524.0.0.0.0.0.0.0.0..0.0....0...1.1.64.mobile-gws-img..0.0.0....0.Tmy0RfU6zFY
Anónimo ha dicho que…
Por si resulta interesante:

Os parvos
Os persoaxes parvos son idénticos no falar. Posúen a memoria dos papagaios ou dos gramófonos, e a intelixencia dos monos. Levan a alma uniformada con adobíos baratos. Viven espiritualmente “de gorra”. Débenlle as ideias a calquera libro de testo e débenlle o señorío a calquera xastre. Gostan do Casino de caballeros, das “terrazas do café”, dos “paseos de moda”. Militan en partidos de “dereita” e soñan coa volta do pasado. Estarían mellor en Madrid que no mesmo Ceo. Son monecos parlantes de fabricación nacional. Están feitos en serie, por Real Orden publicada na Gaceta.

Estes personaxes obedecen á súa condición de parvos, e odian o galeguismo, sen teren capacidad para comprendelo. Adoran o Estatuto unitario e centralista, ou sexa, a “sagra unidade da patria” (verbas máxicas, capaces de faceren parvear a calquera, incluso a un intelectual). Creen que as autonomías sempre rompen a unidade da súa patria, que é unha boliña que lle meteron na cabeza cando eran nenos. Creen que falar castelán é falar ben e falar galego é falar mal. Creen que os monárquicos son máis hespañoes que os republicanos. En resume: creen todo canto creían os seus difuntos fabricantes.

A mentalidade dos señoritos parvos concorda coa mentalidade das señoritas cursis. Ambos os dous disimulan o acento nativo e fían o seu señorío na standarización dos modos e maneiras. Ambos os dous afincan o seu orgullo no traxe que levan posto. Viven en mundos tan arredados do noso que non debemos concederlles a categoría de adversarios.

Irmáns: Fuxide sempre dos parvos. Non vos arrimedes a eles, porque poden roubarvos algo da vosa razón e transmitirvos a súa parvada. Deixádeos pasear, falar, danzar e medrar no seu mundo. E se algún parvo chega a ser autoridade non mostredes asombro, porque son cousas do sistema que combatimos e dos tempos en que nos cadrou vivir.


Castelao. Sempre en Galiza. Adro, IX (páxs. 28-29)